La reforma del sector eléctrico que está ejecutando el gobierno conlleva -en lo que se refiere al autoconsumo- dos novedades clave. Por una parte, el Ejecutivo le ha subido al consumidor doméstico más de un 125% el término de potencia de la factura. Por otra, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) ha propuesto crear un impuesto nuevo, al que ha denominado “peaje de respaldo“, para que los autoconsumidores costeen con él, entre otras cosas, las subvenciones a fondo perdido que recibe el gas natural, tecnología considerada de respaldo. Las propuestas del tándem Soria-Nadal se parecen muy mucho, sospechosamente, a las que ha venido defendiendo Iberdrola desde hace ya año y medio. Aquí lo contamos.
Iberdrola sabía lo que se le venía encima -la paridad de red- y por eso ha estado buscando, a lo largo del último año y medio, la manera de neutralizar el autoconsumo: palabra de moda en el sector que se resume en “monto unas placas solares en el tejado de mi casa porque voy a ahorrarme un buen dinerito desde el primer día (pues si produzco con ellas cuatro kilovatios… cuatro kilovatios que dejaré de abonar… ahorro que me servirá, además, para ir pagando la instalación), y, una vez haya amortizado la inversión inicial, en cuatro, siete, ocho, diez años… pues a ahorrar más todavía, porque una instalación FV puede durar hasta 30 años”. Sí, en eso, grosso modo, consiste el autoconsumo. Y no: el autoconsumo -que es sobre todo una solución de ahorro para el consumidor- no es la mejor noticia posible para Iberdrola y compañía, que ahora mismo controlan el 99,7% de la distribución y el 80% de la comercialización de electricidad.
La solar fotovoltaica, cada vez más barata
La brutal caída de los precios de la fotovoltaica -un 75% en 36 meses- y el brutal incremento del precio de la electricidad en España -más de un 60% entre 2008 y 2012 (véase CNE, página 124)- han convertido al autoconsumo en una opción cada vez más atractiva, hasta el punto de que algunas fuentes del sector estiman que ahora mismo ya podría haber, en pequeñas instalaciones de menos de 100 kilovatios, más de tres megavatios de potencia funcionando. Y todo ello, a pesar de que el autoconsumo no está del todo regulado. A saber: el Real Decreto 1699/2011, de 18 de noviembre, RD que le abría las puertas al autoconsumo, ya señalaba la necesidad de otro RD para concretar “las condiciones administrativas, técnicas y económicas del consumo de la energía eléctrica producida en el interior de la red de un consumidor para su propio consumo”.
El discurso de Iberdrola
Pues bien, no obstante esa laguna, el autoconsumo ha ido floreciendo por todas partes (véase), a la espera de ese RD que no acababa de llegar. Y no acababa de ver la luz a pesar de que el propio Minetur se había comprometido en el RD 1699 de noviembre del 11 a aprobarlo “en el plazo de cuatro meses desde la entrada en vigor del presente real decreto”. En fin, que todo estaba así hasta que, hace unos días, y con más de un año de retraso sobre el calendario comprometido, el secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, enviara a la Comisión Nacional de Energía (CNE) su propuesta de RD de autoconsumo, una propuesta que recoge casi al pie de la letra el discurso de Iberdrola, compañía que proponía, hace ya casi un año y medio, concretamente dos claves de regulación. A saber: un incremento del término de potencia y la creación de un nuevo impuesto: el peaje de respaldo.